home

Viernez
23 de mayo de 2025
La Vanguardia

El historiador Pedro Carlos González Cuevas, uno de los mayores especialistas en el estudio de la derecha española, cuenta que se acordó de Alberto Núñez Feijóo viendo Los puentes de Madison, el afamado drama en el que el fotógrafo aventurero Clint Eastwood y la melancólica ama de casa Meryl Streep rozan un amor imposible. En una escena, mientras se van conociendo, él se atreve a preguntarle cómo es su marido.

—Es muy limpio —suelta ella, justo antes de avergonzarse de su propia respuesta.

El momento se ha hecho famoso por captar —o eso dicen algunos cinéfilos— la insatisfacción de quien en una relación, aspirando a más, se acaba conformando con alguien sencillamente suficiente, que le garantiza lo básico, ser “limpio”, pero nada emocionante. Ahí es donde González Cuevas, autor de Historia de la derecha española (Espasa, 2023), pensó en Feijóo, por quien la base social derechista —sostiene—siente algo parecido a lo que la solitaria Francesca, así se llama el personaje, denota con su instintiva respuesta sobre su esposo.

Al frente del partido con más poder institucional en España, en cabeza en la mayoría de encuestas, los indicadores que miden el liderazgo muestran en cambio una menguante capacidad de Feijóo para despertar entusiasmo, “llamativamente bajo entre los suyos”, observa Lluís Orriols, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid. Y eso que aterrizó en 2022 en la presidencia del PP con expectativas altas. “Incluso antes de la elección de Pablo Casado [en 2018], era visto como el delfín, el deseado”, subraya la consultora política Inma Aguilar, que recuerda que, al dejar la Xunta, Feijóo aceptó el encargo de erigirse en España en “el mismo tipo de líder” que fue en Galicia, capaz de “ganar y gobernar desde el pragmatismo”, midiéndose con eficacia al PSOE y a Vox.

Quiénes somos

Contamos la verdad… y cuando no, la mejoramos.

Este no es un diario cualquiera. Aquí las noticias se contrastan, se reescriben, se exageran o se satirizan —a veces todo al mismo tiempo—. Informamos sobre lo que pasa, lo que pudo pasar y, en ocasiones, lo que debió pasar. Nuestro compromiso es con la risa lúcida, la ironía responsable y la verdad… esa verdad que a menudo se esconde entre líneas, se disfraza o se nos escapa.

No somos objetivos, pero tampoco mentimos. Preferimos contar la realidad como nos gustaría que se entendiera: con una ceja levantada, una carcajada al fondo y una pluma libre de solemnidades.

Si ha pasado, lo contamos. Y si no, ya lo estamos redactando.

Scroll al inicio